El sofa de piel

No quisiera tratar de política en este blog. Pero es que me tienen harta, y total, esto se llama Digo lo que pienso y lo que veo, no? Queridos míos, sufro de una enfermedad llamada estamos en campaña electoral. Predefinamos al paciente: Ser humano, mayor de 18 años, española, con derecho a voto. Para más señas, catalana.

Síntomas que padece el sudodicho paciente:

- Agobio producido por la imposiblidad de escapar a carteles, pasquines, publicidad y anuncios en todos los medios, en los que algún cerebro retorcido (y a falta de mejores ideas) amenaza a los que lo ven con el ya conocido "Que viene el coco!"

- Perplejidad ante los argumentos (tú no sabes lo que dices, él/ella te engaña, nosotros somos mejores, ellos son los malos) esgrimidos por uno y otro bando, o el divino arte de como llamar imbécil, al imbécil que te escucha sin que sé dé cuenta que le llamas imbécil.

- Ganas de empezar a correr Ebro abajo o Pirineos arriba, cuando lee o escucha a los defensores de cada opción (con alguno de los discursos deberían regalar el libro "Construya una patera!"). - Sensación de bobez supina al leer el texto íntegro sometido a votación, no entender la mitad de lo que pone y encima, no encontrar en debate alguno, nadie que lo explique clararamente. (Me da igual el idioma, puedo entenderlo hasta en 3).

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